En los últimos años, el artículo de divulgación ha ganado protagonismo tanto en la escuela como en los medios de comunicación. Esta expansión responde a la necesidad de acercar los avances científicos y tecnológicos a públicos no especializados y de fortalecer una ciudadanía informada. En el ámbito escolar, estos textos se utilizan como herramientas didácticas que facilitan la comprensión de temas complejos mediante un lenguaje accesible y narrativo. En los medios, la divulgación científica actúa como puente entre el conocimiento experto y la vida cotidiana, recurriendo a estrategias propias del periodismo explicativo para traducir el lenguaje técnico en relatos comprensibles (Salaverría, 2002).

Más allá de su función informativa, los textos divulgativos tienen un valor social: contribuyen a la democratización del conocimiento, al eliminar barreras entre especialistas y ciudadanos. La divulgación fomenta la participación pública en debates científicos, sociales y ambientales. Así, divulgar no es solo explicar, sino también incluir, acercar y ampliar horizontes. Por eso, escribir artículos de divulgación exige tanto dominio de los temas de divulgación científica como capacidad de narrarlo para otros (Universidad Católica, s.f.).

A continuación, aprenderás qué es un artículo de divulgación, cuáles son sus elementos fundamentales y qué características lo diferencian de otros textos. 

¿Qué es un artículo de divulgación?

Un artículo de divulgación es un tipo de texto orientado a explicar de forma clara y accesible temas complejos a un público no especializado. Su objetivo principal es comunicar conocimientos —especialmente científicos, tecnológicos o sociales— de manera comprensible, sin perder rigurosidad en el contenido. Este tipo de texto busca sensibilizar, informar y formar al lector desde un lenguaje cercano, empleando ejemplos cotidianos, metáforas o analogías para facilitar la comprensión (PAI, s.f.).

Es importante distinguir entre divulgación y difusión. Mientras la difusión científica se centra en circular información técnica entre pares académicos, la divulgación busca tender puentes hacia la sociedad general. Divulgar implica no solo simplificar, sino también adaptar el mensaje para generar interés, comprensión e incluso participación ciudadana (PAI, s.f.).

Como explica Salaverría (2002), uno de los grandes retos de la divulgación científica es la necesidad de desarrollar técnicas redaccionales específicas que permitan traducir textos especializados en relatos atractivos, inteligibles y precisos. Para lograrlo, se requiere una combinación de rigor informativo y habilidades narrativas, además de recursos como metáforas, comparaciones o estructuras inductivas que faciliten el acceso a los conceptos clave.

Tipos de textos de divulgación

La divulgación puede adoptar diferentes formas, dependiendo del público objetivo y del medio donde se publica. A continuación, se describen tres tipos comunes, junto con ejemplos reales y accesibles en línea:

Tipos de textos de divulgacion

1. Divulgación social

La divulgación social está enfocada en comunidades específicas, con énfasis en grupos vulnerables o en temas de interés colectivo como salud, educación, ambiente o género. Utiliza un lenguaje ciudadano y busca generar conciencia, empoderamiento y transformación.

Ejemplo de texto de divulgación social:

“Mi Favorita salud. Una experiencia de salud comunitaria desde la perspectiva de extensión crítica”. Este artículo narra la implementación de la Estrategia de Atención Primaria de la Salud. Está escrito con un lenguaje comprensible y sensible al contexto cultural.

Ver texto: Mi Favorita salud

2. Divulgación en medios de comunicación

Este tipo de divulgación se realiza en medios masivos (prensa escrita, TV, radio o plataformas digitales) y está dirigida al público general. Suele tener un enfoque periodístico, utilizando narrativas dinámicas, datos actualizados y un estilo cercano.

Ejemplo de texto de divulgación en medios de comunicación:

La carrera espacial ha muerto. Larga vida a la carrera espacial” – por Pere Estupinyà
Publicado en El País, este artículo analiza la nueva lógica detrás de la exploración espacial, mezclando historia, política y tecnología en un texto accesible y riguroso.

Ver texto: Carrera Espacial

3. Divulgación científica

Se trata de artículos que explican descubrimientos, investigaciones o conceptos científicos recientes con lenguaje sencillo, sin perder precisión. Suelen publicarse en revistas, blogs especializados o secciones científicas de grandes medios.

Ejemplo  de texto de divulgación científica:

Un test argentino que detecta el dengue en solo 10 minutos
Publicado por National Geographic Latinoamérica, este texto explica un avance tecnológico en el diagnóstico de enfermedades, ilustrando su impacto con datos y contexto.

Ver Texto: Test Dengue 

Estos tres tipos de artículos de divulgación comparten la intención de acercar el conocimiento a públicos diversos, pero lo hacen desde diferentes lenguajes, plataformas y propósitos. Entender sus particularidades permite afinar mejor la escritura según la audiencia a la que se desea llegar.

¿Cuáles son los elementos de un artículo de divulgación?

Un buen artículo de divulgación no solo transmite información, sino que lo hace de manera atractiva, comprensible y ordenada. Para lograrlo, debe estructurarse de forma clara. Aunque no existe una estructura rígida, hay elementos clave que se repiten en los mejores textos de divulgación científica cortos, y que ayudan a mantener el interés del lector sin perder profundidad.

Elementos de un artículo de divulgación
  1. Título llamativo: El título es el primer punto de contacto entre el lector y el artículo, por lo que debe ser breve, atractivo y sugerente. Su función principal es captar la atención e invitar a leer el contenido. Es recomendable que no supere las 10 a 12 palabras y que utilice recursos como preguntas retóricas, metáforas o juegos de palabras, siempre vinculados con el tema central. Un buen título resume la esencia del texto sin anticiparlo todo, despertando curiosidad sin revelar completamente el contenido.
  2. Subtítulo con contexto: El subtítulo complementa al título aportando información contextual o aclaratoria. Su función es orientar al lector sobre el enfoque o propósito del artículo, especialmente útil cuando el título es más creativo o simbólico. Se sugiere que tenga entre 15 y 20 palabras, con una redacción clara, directa y coherente con el cuerpo del texto.
  3. Apoyos visuales como infografías o imágenes: Los apoyos visuales cumplen un papel clave en los textos de divulgación. Imágenes, ilustraciones, gráficos, mapas o infografías no solo hacen más atractivo el contenido, sino que ayudan a representar de forma clara y sintética procesos, relaciones o datos complejos. Cuando están bien seleccionados, estos elementos refuerzan el mensaje del texto y permiten una mejor apropiación del contenido por parte del lector.
  4. Introducción envolvente: La introducción cumple una función esencial: enganchar al lector y explicarle por qué el tema importa. Puede presentar una situación concreta, una pregunta intrigante, una anécdota o una estadística llamativa. Su tono debe ser cercano y su mensaje claro. En los buenos artículos de divulgación, por ejemplo, la introducción no solo anticipa el contenido, sino que construye una conexión emocional o intelectual con el lector (PAI, s.f.).
  5. Desarrollo flexible y narrativo: El cuerpo del artículo debe organizarse en secciones temáticas que desarrollen las ideas centrales. Aquí es donde más se aprecia la diferencia con los artículos científicos tradicionales: la estructura es flexible, permite incorporar historias, ejemplos cotidianos, metáforas, analogías, descripciones visuales y citas relevantes. Para facilitar la comprensión, se recomienda el uso de encabezados claros y conectores textuales como “por un lado”, “en cambio”, “de este modo”, etc. 

Uno de los esquemas más eficaces para este tipo de textos es la estructura inductiva, que parte de un caso o situación concreta para luego desarrollar las ideas generales. Esta forma permite que el lector se sienta más involucrado con el contenido, al ir descubriendo gradualmente los conceptos clave.

  1. Conclusión que abre nuevas preguntas: La conclusión no solo resume lo expuesto, sino que ofrece una nueva perspectiva, deja al lector con una reflexión final o plantea nuevas interrogantes que inviten a seguir explorando el tema. En los mejores textos de divulgación científica cortos, esta sección no cierra el diálogo, sino que abre posibilidades para que el lector continúe interesado.
  2. Uso de fuentes confiables: Una característica distintiva del texto científico corto bien elaborado es su sustento en fuentes verificables y actuales, además del uso responsable de recursos visuales como imágenes, infografías o tablas. Tanto las citas como los apoyos deben ser claramente identificados. Como señala la Guía del PAI (s.f.), “la información presentada muy probablemente se tomará como verídica”, por lo que es fundamental garantizar su confiabilidad (Pérez Córdoba, 2002).

Te invitamos a leer otros artículos relacionados: 

Fuentes de Información Confiables [Tipos y Ejemplos]
Generador de citas Vancouver - Gratis [2024]
Cómo citar una tesis en APA [Ejemplos y Generadores]
  1. Autor(a):  Indicar quién escribió el artículo es una parte fundamental de cualquier texto de divulgación científica. La presencia del autor no solo permite reconocer su trabajo, sino que también brinda confianza al lector sobre la credibilidad y procedencia del contenido.  En entornos digitales, también puede ser útil añadir un enlace al perfil profesional o redes académicas del autor o autora.

¿Cuáles son las características de los textos divulgativos?

Una de las claves para redactar un buen artículo de divulgación es aprender a formular y responder las preguntas esenciales que estructuran cualquier contenido: ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Cuándo?, ¿Por qué? y ¿Para qué? Estas interrogantes no solo ayudan a organizar la información, sino que permiten conectar ideas, experiencias y reflexiones, favoreciendo un vínculo directo con el lector. 

A diferencia de los textos académicos, que están dirigidos a especialistas y suelen seguir una estructura rígida, los textos de divulgación adoptan una lógica comunicativa más flexible, enfocada en el lector común y en despertar su interés y curiosidad. Estas características los convierten en un puente fundamental entre el conocimiento científico y la sociedad.

Lenguaje accesible, atractivo y narrativo

Una de las principales virtudes del texto divulgativo es su lenguaje claro, directo y comprensible, sin que esto implique una pérdida de profundidad. La redacción suele ser narrativa y cercana, lo que significa que no solo se informa, sino que también se cuenta: se explica, se ejemplifica, se describe y, en ocasiones, se emociona. Estos textos pueden emplear un estilo similar al de la conversación, con recursos propios de la oralidad, dirigidos directamente al lector en segunda persona ("tú") o en primera del plural ("nosotros") (PAI, s.f.). Debe evitarse el exceso de tecnicismos y, cuando su uso sea imprescindible, deben explicarse de manera sencilla (García Avilés, 2002).

Redacción no lineal, con posibilidad de humor o dramatización leve

A diferencia de los artículos académicos tradicionales, los textos divulgativos no tienen por qué seguir un orden estricto de planteamiento-metodología-resultados. Pueden iniciar con una anécdota, un dato curioso o una escena imaginaria, y luego desarrollar la información. Esta redacción no lineal facilita la conexión emocional y cognitiva del lector con el contenido. Como señala García Avilés (2002), es válido incluso incluir recursos expresivos como el humor, la ironía o la dramatización leve, siempre que estos elementos ayuden a reforzar el mensaje principal.

Evitar tecnicismos o explicarlos con claridad

Otro rasgo esencial del texto divulgativo es su capacidad para eliminar o traducir el lenguaje especializado. Si bien algunos términos técnicos pueden ser necesarios, deben ser explicados en el momento con palabras sencillas, analogías o ejemplos cotidianos. Esto no solo amplía el rango de comprensión del artículo, sino que evita que los lectores se sientan excluidos del discurso.

Cabe destacar que  el artículo de divulgación científica se distingue dentro del amplio universo de los textos divulgativos por su capacidad para acercar el conocimiento especializado a públicos no expertos, manteniendo el equilibrio entre claridad, interés y veracidad.

Ejemplo de artículo de divulgación científica

Para ilustrar cómo se estructura y redacta un buen texto de divulgación, presentamos un artículo de divulgación ejemplo: Mamíferos de la cuenca del río Mezquital-San Pedro: megadiversidad a la puerta de casa, escrito por Carlos López-González. Este texto fue publicado como parte de una estrategia educativa por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la CONABIO, con el propósito de acercar la biodiversidad mexicana al lector general.

Breve síntesis del contenido: El artículo introduce al lector al mundo de los mamíferos que habitan la cuenca del río Mezquital-San Pedro, en México. A partir de una anécdota sobre un zorrillo que vive cerca de su casa, el autor construye una narrativa que combina observación personal, conocimiento científico y referencias culturales. Explica la riqueza biológica de la zona, describe las especies más representativas y destaca la importancia de conservar su hábitat. También enfatiza el valor de la ciencia ciudadana y de conocer el entorno inmediato.

¿Por qué es un buen artículo de divulgación?

Este texto cumple con múltiples características señaladas en apartados anteriores:

  • Utiliza una estructura inductiva, comenzando con una vivencia cotidiana que despierta la curiosidad del lector y conduce a explicaciones científicas más generales.
  • Mantiene un lenguaje claro y accesible, sin tecnicismos innecesarios. Cuando menciona nombres científicos o términos especializados, los acompaña de descripciones comprensibles.
  • Emplea un tono narrativo y cercano, incluso emocional, que favorece la identificación del lector con el contenido.
  • Incluye referencias visuales y ejemplos concretos (como los hábitos del coyote o del zorrillo), que permiten visualizar los conceptos y apreciar la biodiversidad.
  • Está sustentado en datos confiables, con información actualizada sobre especies, distribución y amenazas, lo que garantiza el rigor científico sin abandonar la amenidad.

En suma, este artículo de divulgación ejemplo logra transformar un tema complejo —la megadiversidad de mamíferos en una región específica— en un relato accesible, informativo y profundamente estimulante, ideal para fomentar la conciencia ambiental desde una perspectiva educativa.

Aquí tienes una lista de páginas de divulgación científica confiables y activas, ideales tanto para estudiantes como para público general. 

Agencia SINC (España)

 Es la agencia de noticias científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Publica artículos accesibles sobre ciencia, tecnología, salud, medio ambiente y sociedad.

Revista ¿Cómo ves? (México – UNAM)

Publicación mensual del Instituto de Ciencias de la UNAM. Dirigida a jóvenes y docentes, es un referente en divulgación científica en español.

National Geographic en Español


Aunque no es exclusivamente de ciencia, tiene secciones dedicadas a medio ambiente, tecnología, salud, naturaleza y exploración, con contenido bien fundamentado.

The Conversation en español – Ciencia y tecnología

Artículos escritos por académicos y especialistas, en lenguaje claro y con enfoque divulgativo. Excelente para temas actuales.

8 libros imprescindibles de divulgación: lecturas recomendadas

Si estás buscando buenas lecturas para comprender mejor el mundo que te rodea sin tener que descifrar papers académicos, esta selección es para ti. Aquí te presentamos ocho libros de divulgación científica que combinan información rigurosa con una narrativa ágil y entretenida. Ideales para estudiantes, docentes o cualquier persona curiosa.

1. Cosmos – Carl Sagan

Un clásico que no pasa de moda. Sagan nos lleva en un recorrido apasionante por el universo, la evolución de la vida y la historia del pensamiento científico. Con un estilo poético y cercano, logra que miremos al cielo con nuevos ojos.

2. Una breve historia de casi todo – Bill Bryson

¿Qué sabemos del universo, la materia o el origen de la vida? Bryson nos lo cuenta con claridad y mucho humor. Este libro es ideal si te interesa la física, la química, la biología o simplemente entender cómo hemos llegado hasta aquí, sin caer en tecnicismos.

3. Fiambres: La fascinante vida de los cadáveres – Mary Roach

Con una mezcla irresistible de ciencia forense, historia y humor negro, Mary Roach explora lo que ocurre con los cuerpos humanos después de morir. Sorprendente, didáctico y, curiosamente, muy entretenido.

4. El origen de las especies – Charles Darwin

La obra fundacional de la biología evolutiva. Aunque fue escrita en el siglo XIX, sigue siendo una lectura poderosa para entender la diversidad de la vida. Hoy existen ediciones comentadas y adaptadas que hacen más accesible su contenido.

5. Geólogas: Historia de las pioneras en las Ciencias de la Tierra – Guiomar Calvo

Este libro visibiliza a las mujeres que abrieron camino en la geología, combinando historias personales con divulgación científica. Una lectura inspiradora con enfoque de género.

6. Metaevolución: La Tierra en el espejo – Pedro Gómez-Romero

Una mirada profunda y reflexiva sobre los procesos evolutivos de nuestro planeta. Fue galardonado por su capacidad de explicar con claridad temas complejos, sin dejar de lado la belleza del lenguaje.

7. La conspiración lunar ¡vaya timo! – Eugenio Fernández Aguilar

¿Nunca te cuestionaste si el hombre llegó realmente a la Luna? Este libro desmonta con argumentos científicos y mucho sentido del humor las teorías conspirativas más populares sobre el alunizaje.

8. Historia del vacío – José Luis de Segovia

Desde la filosofía griega hasta la física cuántica, este libro traza un fascinante recorrido sobre un concepto aparentemente simple: el vacío. Una obra para pensar y repensar lo invisible.

Conclusión

En un mundo marcado por la sobreabundancia de información, el artículo de divulgación se consolida como una herramienta esencial para acercar el conocimiento científico, social y tecnológico a públicos cada vez más diversos. Su valor no reside únicamente en la transmisión de datos, sino en su capacidad de construir puentes entre la ciencia y la sociedad, de fomentar el pensamiento crítico y de democratizar el acceso a saberes tradicionalmente restringidos al ámbito académico.

Como hemos visto a lo largo del artículo, un buen texto divulgativo combina rigor, claridad, narración atractiva y compromiso con el lector. Escrito con responsabilidad, puede inspirar vocaciones, generar conciencia sobre temas urgentes o simplemente despertar la curiosidad intelectual.

Por ello, quienes escriben textos de este tipo deben tener en cuenta los niveles de divulgación —social, científica o en medios— y elegir el enfoque más adecuado según su público meta (UCSH, 2020). Esta conciencia comunicativa no solo mejora la efectividad del mensaje, sino que reafirma el papel transformador de la divulgación como un acto ético, político y pedagógico.

Referencias bibliográficas

  • Estupinyà, P. (2018, febrero 15). La carrera espacial ha muerto. Larga vida a la carrera espacial. El País.
  • López-González, C. (2011). Mamíferos de la Cuenca del Río Mezquital-San Pedro: megadiversidad a la puerta de casa. Instituto Politécnico Nacional, CIIDIR Unidad Durango.
  • Marucci, L. M., López, A., Maldarrella, J., & Cailly, L. (2024). “Mi Favorita salud”. Una experiencia de salud comunitaria desde la perspectiva de extensión crítica. Revista de extensión universitaria, (21), e0012.
  • National Geographic. (2023, mayo 4). Un test argentino que detecta el dengue en solo 10 minutos. National Geographic en Español. 
  • PAI. (s.f.). Guía para la redacción de artículos de divulgación ambiental. Programa Ambiental Interdisciplinario, Universidad Nacional de Cuyo. 
  • Pérez Córdoba, G. (2002). La construcción dialéctica del conocimiento y la divulgación científica. Revista Científica de Comunicación y Educación, (9), 61–65.
  • Salaverría, R. (2002). Técnicas redaccionales para la divulgación científica. Mediatika, (8), 13–25.
  • Universidad Católica. (s.f.). Divulgación del conocimiento. Dirección de Vinculación con el Medio. 

Los ejemplos incluidos en este artículo tienen fines exclusivamente ilustrativos y cualquier coincidencia es mera coincidencia. En caso de duda sobre la aplicación de estos contenidos, se recomienda consultar directamente con el editor o docente responsable.